En los últimos meses, se ha observado un aumento de informes sobre casos de mucormicosis asociada a la COVID-19 (CAM, por sus siglas en inglés COVID-19 Associated Mucormycosis) principalmente en personas con enfermedades subyacentes, tales como la diabetes mellitus (DM), cetoacidosis diabética o en tratamiento con esteroides. En estos pacientes, la manifestación clínica más frecuente es la mucormicosis rino-orbital, seguida de la mucormicosis rino-orbito-cerebral, las cuales se presentan como infecciones secundarias y ocurren luego de la infección por SARS CoV-21,2.
En un estudio realizado en 187 pacientes con CAM, 80,2% eran hombres, 32,6% presentaban COVID-19 como única enfermedad subyacente, 78,7% fueron tratados con glucocorticoides por la COVID-19, 60,4% tenían diabetes mellitus, 62,6% tuvieron mucormicosis rino-orbital y 23,5% rino-orbito-cerebral.
Es fundamental la sospecha de la mucormicosis para proceder con el correcto procedimiento y exámenes complementarios.
Depende del paciente y los recursos disponibles podemos realizar resonancia magnética de los senos paranasales, con estudio de contraste cerebral, para mucormicosis rino-orbito-cerebral (ROCM); tomografía computarizada simple de tórax, para mucormicosis pulmonar. El Ultrasonido nos ayuda y mucho al lado de la cama del paciente en la mucormicosis rino orbital cerebral y pulmonar.
La biopsia de los tejidos afectados es la forma más crítica para el diagnóstico. Para confirmar una infección debe observarse la invasión tisular de las hifas no tabicadas en secciones de tejido teñidas con hematoxilina-eosina (HE), tinción de ácido periódico-Schiff (PAS) o metenamina-plata de Grocott-Gomori (GMS), o ambas.
En el caso del procesamiento de biopsias, las mismas no se deben homogeneizar en mortero. Los hongos filamentosos no tabicados o cenocíticos, son muy frágiles y se rompen con facilidad, lo que dificulta la visualización al microscopio y afecta el rendimiento del cultivo.
La identificación a nivel de género y especie permite mejorar la comprensión epidemiológica de la mucormicosis.
El tratamiento requiere desbridamiento quirúrgico, tratamiento antifúngico y, en lo posible, la estabilización de los factores de riesgo.
Primera opción:
. Fase de inducción, aproximadamente 3 semanas: anfotericina B en formulaciones lipídicas 5 mg/kg o, ante intolerancia a la anfotericina B, isavuconazozol, dosis de carga 372 mg/iv o vo/por 6 dosis, seguidos de 372 mg/iv o vo/día
. Fase de consolidación: isavuconazol, dosis de carga, 372 mg/iv o vo c/8 h por 6 dosis, seguidos de 372 mg/iv o vo/día, hasta mejoría clínica o posaconazol en tabletas, 300 mg/día.
En conclusión debemos tener presente la posibilidad de esta infección agregada a nuestros pacientes con COVID 19 + ya que un diagnóstico y tratamiento precoz es clave para tener una reducción en la morbimortalidad de los mismos.
Lectura Recomendada
. Garg D et al. Coronavirus Disease (Covid-19) Associated Mucormycosis (CAM): Case Report and Systematic Review of Literature. Mycopathologia. 2021 May;186(2):289-298. doi: 10.1007/s11046-021-00528-2. Epub 2021 Feb 5. PMID: 33544266; PMCID: PMC7862973
. John TM et al When Uncontrolled Diabetes Mellitus and Severe COVID-19 Converge: The Perfect Storm for Mucormycosis. J Fungi (Basel). 2021 Apr 15;7(4):298. doi: 10.3390/jof7040298. PMID: 33920755; PMCID: PMC8071133.