En 2014 Koyner JL et al. (Am J Kidney Dis 64: 394–401, publicaron un trabajo demostrando que la producción de orina de 2 horas después una prueba de estrés estandarizada de furosemida en dosis altas (Test de Furosemida = TF), 1 mg / kg de furosemida en pacientes no tratados previamente o 1,5 mg / kg en aquellos con exposición al diurético) en pacientes clínicamente euvolémicos con Injuria Renal Aguda (IRA) precoz o temprana tiene la capacidad predictiva para identificar aquellos pacientes con más chances de IRA progresiva y severa.
El área bajo curva (AUC) para la producción de orina 2 horas después del TF para predecir progresión de IRA (Network AKIN) a estadio 3 de IRA en 77 pacientes fue 0,87 +/- 0,09; P = 0,001. El corte ideal para predecir progresión de la IRA durante estas primeras 2 horas fue un volumen urinario menor de 200 ml (100 ml / h) con una sensibilidad del 87,1% y una especificidad del 84,1%.
El mismo grupo (J Am Soc Nephrol 26: 2023–2031, 2015) tiempo después comparó el desempeño de varios biomarcadores de IRA, incluida la Excreción fraccionada de sodio (FeNa), NGAL en orina y plasma, cociente albúmina/creatinina en orina, IL-18 urinaria, molécula de daño renal-1 (KIM-1), TIMP2, IGFBP-7 y uromodulina, con el TF para la predicción de varios criterios de valoración clínicos, incluida la progresión de la IRA, necesidad de Terapias de Soporte Renal (TSR) y mortalidad hospitalaria en 77 pacientes con IRA precoz.
Compararon la capacidad de producción de orina después de un TF estándar con varios biomarcadores de IRA contemporáneos, medidos justo antes de la administración de furosemida.
Los resultados obtenidos demostraron que el TF supero en predecir progresión de la IRA, requerimiento de TSR y mortalidad hospitalaria con respecto al panel completo de biomarcadores de IRA.
Sin embargo, cuando se usaron puntos de corte de biomarcadores preespecificados evaluando el rendimiento del TF para predecir los resultados de los pacientes en un subgrupo de “alto riesgo”, se observó aumentos en el área bajo la curva (AUC) en comparación con el TF aislado.
Si bien el número de pacientes “de alto riesgo” fue bajo, estos análisis demuestran un uso potencial para la combinación selectiva de biomarcadores bioquímicos y el TF.
Es importante destacar que antes de recibir el TF, todos los pacientes evaluado estaban clínicamente evaluados como euvolémicos y estables para la provocación con el TF
En el estudio, el 32,5% de las personas con IRA temprana progresó al estadio 3 de IRA mientras que el 27,3% recibió TSR o falleció.
Por lo tanto, de cada 3-4 pacientes ingresados al estudio, solo uno experimentó un punto final clínico “duro”.
Dado el lapso de tiempo inherente a la realización de la investigación clínica en el contexto de una enfermedad clínicaa, la medición de los los biomarcadores de daño o lesión 6-12 horas después de la IRA puede no ser una comparación adecuada. Además, la extrapolación de los datos a modelos multivariables, no serían estadísticamente apropiados dado el tamaño de cohorte y el número de biomarcadores que fueron investigados.
Sin embargo, los investigadores han demostrado que el TF sigue siendo una predictor significativo de la progresión de la IRA.
Finalmente, existieron limitaciones por la falta de seguimiento después del alta para aquellos que sobrevivieron a su hospitalización.
En resumen, en pacientes con IRA temprana lo suficientemente estable como para someterse a un TF, la producción de orina de 2 horas sirve como una herramienta prometedora para la evaluación de la gravedad y el pronóstico de la IRA.
Como un biomarcador funcional de la IRA, el TF fue superior al panel de biomarcadores.
El estudio no demostró incremento en la predicción de riesgo estadísticamente significativa cuando se combinó el TF con biomarcadores de IRA. Puede haber sido por el tamaño limitado de la muestra y el momento de la medición del biomarcador.